Si quieres que los libros les sean interesantes, empieza lo antes posible
Está comprobado: Los peques que suelen leer por el mero hecho de pasar un buen rato, aprenden más fácilmente, les va mejor en el cole, y usan más la imaginación. De más mayores escribirán mejor y con menos faltas de ortografía y tendrán mucha mejor capacidad de comprensión lectora, lo que les ayudará en
clases como mates, física y química, ya que al entender mejor los enunciados lograrán resolverlos con más facilidad.
De esta forma, al estimular la lectura temprana estarás ayudandoles a prepararse mejor para los estudios escolares, y para toda la vida.
Importante: es una tarea de todos
Es muy importante que no sea sólo la tarea de los profes en el cole y los padres en casa, sino también que el resto de familiares cercanos estimulen al niño a leer, y cuanto antes, mejor. Como es bien sabido, en el cole, indicarán títulos, guiarán a los estudiantes a leer y probarán con libros de distintas temáticas, pero el hábito de la lectura debe venir desde casa y desde bien pequeños, antes de que los peques empiecen a asistir a una escuela.
¿Cómo puedo hacerlo?
Hazlo tú, y te imitarán.
Lo primero y más fácil que puedes hacer es leer cerca de ellos. Al principio costará concentrarse, pero los peques suelen imitar a los mayores, y si están acostumbrados a ver leer en casa y pasar tiempo disfrutando de la lectura, tendrán más curiosidad por hacerlo ellos también.
Léeles un cuento antes de dormir
Otra cosa muy importante es acostumbrarse a leer con ellos un cuento antes de irse a dormir. Es uno de los mejores momentos del día, en el que reservándote un rato para vosotros, sin distracciones con el móvil, la tele, etc., podéis aprovechar a hacer un pequeño resumen del día (suyo y tuyo), y leer un poco.
Al principio serán cuentos pequeños, luego cuentos más grandes, libritos con historias cortas, o capítulos de libros completos. Buscad un sitio tranquilo donde podáis estar cómodamente y utilizar 10 o 15 minutos para leer.
¡Al mío sólo le gustan los aviones!
¡Genial! Aprovecha el tirón y lee cuentos de viajes, aventuras, aeropuertos y todo lo que tenga que ver con sus gustos. Los libros más sesudos o los más chulos no serán los que les mantenga más atentos. Aprovecha su interés por TODO para ir enseñándoles poco a poco mientras leéis.
Se cansa enseguida
Comprende y respeta la limitada capacidad de atención de los más pequeños. Cuando se canse y se ponga con otra cosa, ya sea jugar con las sábanas o con muñecos, tú sigue leyendo. No te preocupes. Los peques necesitan cambiar de actividad frecuentemente, pero no por eso dejan de prestar atención a lo que pasa alrededor. Saca tus mejores dotes de artista y cambia la entonación, pon distintas voces para los personajes, paséate por la habitación haciendo un poco de teatro… Lo que les importa a sus papis, también les importa a ellos. Termina cuando hayas acabado el cuento y pregúntale qué le ha parecido. Si ha habido cosas que no le han gustado, si hubieran hecho las cosas distintas al personaje… todo vale con tal de retomar el interés por lo leído (y aprendido). Mas adelante podrás negociar con ellos el tiempo que estaréis leyendo.
Hay más libros que longanizas
Y libros para todas las edades. Hay libros de texturas para cuando todavía no saben leer, en los que podéis seguir la historia del libro e ir contándola mientras ellos tocan y manosean las páginas. Libros con más imágenes, más o menos coloridas. Libros con historias por minutos: de 3, 5, 10 o 15 minutos de duración. Libros con aplicaciones de realidad virtual, en los que a través de un móvil, tablet o similar, surgen personajes en 3D de las páginas y hacen cosas. Libros que cuentan historias sobre otras personas, y que ayudan a entender la realidad de otra forma. Y si se os acaban los libros que hay en casa, y os piden cosas que no tenéis, siempre podréis acercaros a alguna biblioteca pública. Regalar un libro no es siempre sinónimo de: «como no sabía qué le gustaba…«. También es una oportunidad única para meterles el gusanillo de algo que te gustó a tí cuando eras peque y quieras compartir esos recuerdos.
Y un último apunte:
Ten paciencia y sé constante. Aunque haya épocas de más preocupaciones, tengas menos tiempo disponible, o simplemente se vayan haciendo mayores, cambien los intereses y ya no te lo pidan, tú siempre recordarás esos momentos con ternura, y ellos siempre agradecerán estar un ratito contigo antes de dormir.